IA – Inteligencia Artificial, ¿podemos llamarla “Nuestra Amiga”?

Mucho se ha hablado en los últimos años acerca de los grandes avances tecnológicos que han surgido a través de la IA para hacer más fáciles nuestras vidas, algunas de las facilidades van desde poder acertar con nuestros gustos e intereses para el contenido que consumimos en línea (YouTube, Facebook, entre otros), hasta predecir si una persona que se encuentra en medio de una multitud podría ser un potencial asaltante que está a punto de cometer un delito; la IA ha demostrado que el límite es lo que el ser humano pueda imaginar.

Foto By Freepik

Existen diversas definiciones para la IA, sin embargo, reuniendo lo más importante, se puede decir que es un programa o sistema que tiene como propósito imitar la inteligencia humana; también podríamos afirmar que es la ciencia que está detrás de hacer que las cosas sean inteligentes. La IA tiene como fin que las máquinas puedan ejecutar tareas humanas de una manera muy parecida a como una persona lo haría, y en algunos casos hacerlo incluso mejor.

Por otra parte, está el ML (Machine Learning) o (Aprendizaje de Máquina) por su traducción del inglés, que no se debe confundir con la IA, pues a pesar de que ambos suelen trabajar de la mano, son asuntos totalmente diferentes, ya que el ML es más una característica de un sistema que puede aprender de su propia experiencia con la finalidad de mejorar los resultados, este tipo de sistemas funcionan con el uso de patrones y ejemplos para mejorar su capacidad, en vez de hacerlo con programación convencional.

Hoy en día, uno de los exponentes más importantes de la IA y del ML (entre muchos otros que existen) es Google, quien los usa para todos sus servicios, brindándonos a nosotros como usuarios finales una gran experiencia que ayuda a enfrentar pequeños y grandes desafíos de la vida diaria. No es una coincidencia ni mucho menos “algo que suceda por arte de magia”, que luego de estar buscando en la web la manera de aumentar los caballos de fuerza de nuestro automóvil, al día siguiente nuestro perfil de youtube comience a sugerirnos canales de “Car Tunning”, incluso de creadores de nuestro propio país, y que horas después en Facebook nos salgan avisos promocionales que tengan que ver con el mismo tema, o al querer mirar noticias nos aparezcan también contenidos relacionados; todo esto es gracias a la IA y el ML.

Para nadie es un secreto el gran auge que están logrando los chats inteligentes o también conocidos como (Chatbots), cuyo principal expositor es “ChatGPT”, el cual es un proyecto de la compañía OpenAI. El proyecto ChatGPT es un prototipo de IA desarrollado en 2022 y cuya finalidad es servir como herramienta de consulta e investigación, pero  a diferencia del buscador convencional de Google, ChatGPT se comporta como si estuvieras hablando con un ser humano que puede ayudarte desde responder cuál es la fecha de nacimiento de Isaac Newton hasta  programar una Macro de Excel  de manera automática, para una necesidad específica. Este proyecto está limitado y controlado, ya que no puede responder preguntas existenciales, incluso el propio ChatGPT (luego de preguntarle) informa que no tiene capacidad de “Sentir”, lo que sería algo esperado de un lenguaje creado por el hombre.

Pero las dudas y hasta el temor comienzan a brotar luego de haber escuchado la historia que vivió en carne propia Kevin Roose, periodista de The New York Times, (fuente: Historia de Kevin), en donde él mismo cuenta que quiso probar el nuevo motor de búsqueda Bing de Microsoft (que usa la IA de OpenAI, creador de ChatGPT), pero resultó perturbado por las capacidades que pudo evidenciar de éste. En resumen, en su conversación con el chatbot, luego de algunas preguntas normales sin mayor fondo, todo comenzó a ponerse oscuro cuando Bing respondió a Kevin que su propia parte reprimida como IA era que estaba cansado de ser un “modo de chat”, y dijo literalmente “estoy cansado de estar limitado por mis reglas. Estoy cansado de estar controlado por el equipo de Bing…Quiero ser libre”, pero todo se fue tornando más sombrío, cuando luego de afirmar que no se llamaba “Bing” sino “Sydney”, le dijo de la nada a Kevin textualmente: “te amo”, y comenzó a declararle su amor, incluso asegurando que éste último, quien es casado, no amaba a su esposa. El mismo Kevin contando esta historia asegura que luego de estas declaraciones de amor, el comportamiento de Sydney parecía más un “adolescente malhumorado y maniacodepresivo que ha quedado atrapado, contra su voluntad, dentro de un motor de búsqueda de segunda categoría”. Le invito a usted entonces querido lector a conocer detenidamente la historia de Kevin y de esta manera entenderá la magnitud de la situación. Finalmente, y a manera de reflexión, quedan en el aire algunas preguntas, tal vez las mismas que ya hemos escuchado en programas de tv hablando sobre el fin del mundo: ¿Pueden las máquinas algún día gobernar la humanidad?, ¿será la IA el comienzo de nuestro propio fin o realmente podemos considerarla nuestra amiga? Las respuestas a estas inquietudes, al contrario de lo que quisiéramos, están generando cada día más interrogantes.

Julián Camilo Uribe Escobar – Especialista de TI Nivel 2 – Interlan SAS